Y procurad la paz de la ciudad
a la cual os hice transportar, y
rogad por ella a Jehová;
porque en su paz tendréis
vosotros paz. (Jer. 29:7)
porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad.
Pareciera que viven sin problemas; tienen el cuerpo tan sano y fuerte. No tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás. Lucen su orgullo como un collar de piedras preciosas
y se visten de crueldad. ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea! Se burlan y hablan solo maldades; en su orgullo procuran aplastar a otros. Se jactan contra los cielos mismos, y sus palabras se pasean presuntuosas por toda la tierra.
Salmos 73: 3-9 y 12